El kitsch


Las claves del estilo kitsch

Días atrás terminé de armar una escenografía para un producto (post pandemia) para streaming de la Cía. Teatral Los Quintana por eso quiero compartirles aquí, parte de todo ese largo y arduo proceso. Producir en pandemia algo así me sacó canas verdes, - a tono con al deco- pero aún así el resultado está a la vista. Mucho color, muchos estímulos alegres para pasar estos tiempos aciagos, donde tanto necesitamos pasarla bien y reír como niños.

Mi equipo se formó con Juan Manuel Roux en diseño gráfico
Analía Almada en scouting y producción de elementos
Leonardo Cancinos en utilería.
Locación: Estudio Ala Sur SA.
Actores: David Quintana, Fernando Quintana, Martín Bontempo, Juan Speroni.
Producción: Los Quintana/Nyoman Entertaiment

Encontré un texto de la Escuela Madrileña de Decoración que me parece calza perfecto para la ocasión y lo cito textual:

¿Hortera? ¿Cutre? ¿Excéntrico? ¿Extravagante? Estos son algunos adjetivos que nos vienen a la mente cuando alguien nos menciona la palabra “kitsch” o se atribuye este estilo a un espacio.

Si bien es cierto que existen unos parámetros más o menos establecidos que son los que definen qué se considera estéticamente agradable y qué no lo es, la realidad es que “hay gustos para todo”. En ocasiones, los criterios preestablecidos de equilibrio, composición o combinación de colores pueden obviarse. O romperse. Esta ruptura de convenciones estéticas da paso a estilos transgresores, y uno de estos estilos es el kitsch.





Ya hace tiempo que esta tendencia irrumpió en el mundo de la decoración y el interiorismo y se hizo hueco como una de las más populares y reconocibles. Es por eso que en este mismo blog quisimos dedicarle un post especial al estilo kitsch y a sus características principales.

Pero ahora queremos profundizar más en este “anti-estilo”, sus orígenes y cómo ha ido evolucionando hasta nuestros días. Sigue leyendo este post para descubrir todo lo que no sabes de esta tendencia y descubre cómo aplicar este estilo a un espacio decorativo.




¿Qué es “kitsch”?
Entendemos por kitsch lo excesivo, lo ecléctico llevado a su máxima expresión y lo recargado. El estilo kitsch no sigue normas, no se atiene a unas pautas concretas. El kitsch busca impresionar, destacar y dejarte sin habla.
Es por ello que el kitsch no tiene término medio: te gusta o te horroriza. Lo amas o lo odias.
Pero ¿de dónde surge esta tendencia? ¿Cuándo nació el término kitsch y cuál es su origen?

Este término empezó a sonar hace poco más de un siglo y medio en Europa y, aunque no está del todo claro el origen de la palabra, muchos expertos coinciden en situar su origen en Alemania, como un derivado del término “kitschen”, que significa ‘hacer una chapuza’. Otros estudiosos se decantan porque surgió como variante de la palabra inglesa “sketch” (dibujo), acepción que concordaría con el contexto artístico-cultural en el que se situaría.


¿Kitsch vs. Arte?
Es en la segunda mitad del siglo XIX que la burguesía alemana de Múnich comienza a experimentar un crecimiento económico y social muy importante. Estos ‘nuevos ricos’ que se concentraban en la ciudad de Múnich querían alcanzar el estatus de la aristocracia emulando sus costumbres y gustos culturales y estéticos. Por ello, empezaron a demandar objetos artísticos a imitación de las grandes colecciones reales pero cuya factura era de dudosa calidad.

Esta imitación barata del gran arte también apareció en Mónaco. Esta ciudad era uno de los destinos europeos de vacaciones predilecto por los turistas americanos, que quedaban fascinados por las grandes obras de la historia del arte europea. Estos turistas comenzaron a consumir bocetos e imitaciones de estas obras, dando lugar a una serie de subproductos que proporcionaban experiencias estéticas fáciles.

Así, el mundo del arte comenzó a ver con preocupación cómo este ‘arte popular’ ganaba adeptos por la facilidad económica que suponía adquirir este tipo de objetos. El deseo de aparentar cobró fuerza frente a la autenticidad y la calidad, y el mundo del arte comenzó a mostrar su rechazo por la popularidad de lo kitsch viendo el peligro que conllevaba para el arte.

En esta época fueron muchos los teóricos que escribieron y debatieron sobre este término, buscando darle una definición clara, como Clement Greenberg y Theodor Adorno. No sería hasta 1933 cuando el escritor austriaco Hermann Broch publicaría su ensayo “Kitsch, vanguardia y el arte por el arte” y formulara una definición de la estética kitsch:

“La esencia del kitsch consiste en la substitución de la categoría ética con la categoría estética; impone al artista la obligación de realizar, no un ‘buen trabajo’, sino un trabajo ‘agradable’: lo que más importa es el efecto”.

Hermann Broch marcó la línea que separaría Arte y kitsch como términos interdependientes. El arte es arte por su naturaleza única mientras que el kitsch sólo posee del arte sus características extrínsecas, sustituyendo las categorías de la ética con la estética.

El Kitsch hoy

Desde entonces, el Kitsch ha ido evolucionando hasta nuestros días pasando de las grandes mansiones de la costa oeste norteamericanas donde se mezclaban caóticamente estilos como el barroco, el gótico y el rústico, al kitsch del siglo XXI artífice de ambientes frescos y atrevidos.

En la actualidad funciona como un concepto universal y corresponde sobre todo a una ausencia de estilo como tal.

Desde queremos aclarar que un ambiente de estilo kitsch no es sólo la ‘no-combinación’ de colores, telas o estampados. Lograr este tipo de ambientes requiere de mucho más. Así que presta atención a los siguientes consejos y tendrás en tu mano las claves para crear tu propio ambiente kitsch:
Di adiós al minimalismo

Destierra la idea de reducir al máximo volúmenes y formas. Ya no será necesaria la simplificación de las líneas y el uso del color en su justa medida. El kitsch está macado por las líneas sinuosas y las curvas.
El poder del color

Olvídate de los colores fríos (blanco, gris, beige…). Con el kitsch abrazarás los colores vibrantes y saturados: rojo, naranja, verde lima, violeta… colores muy próximos a la estética del Pop-Art de Andy Warhol. Añade además, papeles de pared o vinilos de patrones estéticos coloridos y recargados. ¡En el kitsch toda está permitido!

¿Un estilo? Cuantos más mejor!

Como decíamos anteriormente, si algo caracteriza al kitsch es la ausencia de estilo. Para crear ambientes de este tipo deberás seleccionar piezas con personalidad propia sin preocuparte de que encajen con el resto de las que ya tienes. Piezas actuales y retro pueden convivir perfectamente con muebles barrocos, estilo Luis XV o neoclásicos, modernizados con tonos atrevidos. No pasarán desapercibidos y permitirán crear espacios con personalidad.


Exhibe tu colección o recuerdos retro

Seguro que tienes una o varias colecciones de objetos especiales que mantienes escondida. ¿Por qué no mostrarla orgullosamente a tus invitados? Platos de cerámica, figuritas de porcelana, estatuillas religiosas… Desempolva tus recuerdos y colócalos todos juntos para crear un rincón propio de museo. En el estilo kitsch pueden coexistir figuras religiosas, amuletos, esculturas, flores artificiales, espejos, entre otras extrañas combinaciones.


Los trabajos de estilo kitsch son una expresión de su gusto único y una visión propia de las posibilidades del interiorismo y la decoración. 


Fuente: https://www.esmadeco.com

1 comentario

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