Burning man

#bienvenidaprimavera
Ya que estamos en tren de celebrar la algarabía, la vida, el amor, los colores que nos entrega la primavera, me pareció oportuno citar lo que se vive en la experiencia multisensorial del festival Burning Man que se realiza todos los años en el desierto Black Rock de Nevada (otro de mis pendientes antes de morir). Allí, en la "Black Rock City", una metrópolis temporal dedicada a la comunidad, el arte, la autoexpresión y autosuficiencia, decenas de miles de personas se dan cita para vivir (según dicen) una de las experiencias mas maravillosas, de paz, liberación encuentro y producción artística y que en esta edición cumplía 30 años.



Dice Raquel Seco (Cultura/ El País), en Burning Man hay templos, gramófonos y ovejas gigantes. Hay faros, cabinas telefónicas, jabalíes de acero y pirámides de madera. Hay mucha, mucha gente desnuda. Hay jaulas. Hay platillos volantes. Hay un Boeing 747. En realidad, es más fácil hablar de lo que no hay aquí, una semana al año —la última edición terminó hace unos días—, en un desierto de Nevada (EE UU). Primero, no hay dinero. Te las arreglas para tener sitio donde dormir, comida y agua, y con dólares solo puedes comprar hielo y café. En esta era de macrofestivales plagados de logos, no existen patrocinios privados ni públicos, así que las fiestas y las centenares de esculturas se autofinancian o tienen becas de la organización. Tampoco hay espectadores. Todo el mundo, dice el decálogo que es la biblia de Burning Man, debe participar de alguna forma. Los organizadores suelen repetir un mantra: “Al difuminar la línea que separa a la audiencia del artista, todo el mundo se vuelve una superestrella”.


Burning Man ha crecido sin parar desde 1986, cuando Larry Harvey y Jerry James quemaron una figura de madera en una playa de San Francisco. Lo que parecía una reunión de amigos hippies creció, fue construyendo cada vez más esculturas (y prendiéndoles fuego después) y se convirtió, en cinco años, en una fiesta con un millar de personas. Entonces se mudó al desierto.
Hoy Burning Man ronda los 70.000 participantes. Las entradas (entre 390 y 1.200 dólares) se agotan en segundos, y en la reventa ilegal el precio se puede multiplicar. Acuden cada vez a más famosos, como la empresaria Paris Hilton, la supermodelo Cara Delenvigne y la cantante Katy Perry, que este año plagaron las redes sociales de fotos embadurnadas de arena. Los ejecutivos de Silicon Valley, la meca de la tecnología, son asiduos: el primer doodle (logotipo especial de Google) de la historia, en 1998, fue una especie de cartel de “Fuera de la oficina” porque los fundadores del buscador se habían marchado al desierto. Los campamentos están agrupados en un semicírculo gigante, construido alrededor de la figura de un hombre, el que se quema el sábado en la mayor fiesta de la semana. Eso se llama “la ciudad”. Los kilómetros de desierto en los que perderse se llaman, simplemente, “la playa”.

- LOS 10 PRINCIPIOS DE BURNING MAN:
Inclusión. "Todo el mundo puede formar parte de Burning Man. Damos la bienvenida y respetamos al desconocido. No hay requisitos para participar en la comunidad".
Economia del regalo. "Dar un regalo no implica que tenga que haber un intercambio por algo de igual valor", aclara el decálogo del festival.
Desmercantilización. "Queremos crear un entorno sin patrocinios comerciales, transacciones o anuncios".
Autosuficiencia."Burning Man anima al individuo a descubrir, ejercer y depender de sus propios recursos".
Libertad de expresión.
Esfuerzo común. "Valoramos la cooperación y la colaboración. Queremos crear conexiones, espacios públicos y arte que ayuden a la interacción".
Responsabilidad cívica. Los participantes deben respetar la ley y asumir responsabilidad por sus acciones.
No dejar huella. "Nos comprometemos a no dejar rastro de nuestras actividades. Limpiamos e intentamos dejar los sitios mejor de lo que los encontramos".
Participación. "Todos son bienvenidos a trabajar y a jugar".
Inmediatez.

Fuentes:
http://burningman.org/
El Pais por Raquel Seco

4 comentarios

  1. que bueno !!! no lo conocia!!! ahora espero tus fotos!
    buena semana

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    1. Esperalas tranquila, eh? quizás tenga 60 años, pero voy a ir de todos modos ajajaa.
      Otro beso.

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  2. ¡Me ha recordado a las quedadas moteras mezclado con Mad Max!
    ¡Tiene que ser toda una experiencia!.
    El decálogo es estupendo.
    Besos

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    1. Justamente es de ese tipo de experiencias que la gente va en búsqueda. Hay que hacerlo, no??

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