Mi primer departamento de soltero

“Para el hombre, como para el pájaro, el mundo ofrece muchos sitios donde posarse, pero nidos solamente uno: su hogar.”

Oliver Wendell Holmes (29 de agosto de 1809 – 7 de octubre de 1894). Médico, escritor y poeta estadounidense.

Cuando estaba investigando para este nuevo post, otra frase me llamó la atención. La dijo Le Corbusier, uno de los grandes arquitectos del Siglo XX y habla del hogar como cáscara. Me gustó la metáfora para introducirnos en el tema. “El hogar como cáscara del ser humano, que contiene y define el ser propio.” No les parece?
Mientras les cuento, vamos a las imágenes. Todas corresponden a mi hogar de soltero, que decoré y preparé con muchas ansias.
En aquel momento yo todavía trabajaba en relación de dependencia, como Encargado de Marketing de una importante financiera. Vivía muy confortablemente, en pocos metros cuadrados. La productora de una nueva revista al saber de esto me contactó, tuvimos una reunión informal y como resultado de esta, las primeras cuatro fotografías de la edición Nro. 5 de la Revista Plan:Deco de la Editorial Publiexpress, fueron las de mi departamento.
Plan Deco era una hermosa revista de ideas y consejos prácticos, que lamentablemente dejó de publicarse hace dos años, como resultado de otra de las grandes crisis de la industria editorial argentina.

A muchos de los muebles y objetos que ven aquí, los fui recolectando con el tiempo. Y a casi tres años de estas fotos, no saben de cuantas más cosas me he rodeado, en futuros post se las mostraré.
Siendo amante de los muebles americanos de los 60 y 70,como así también del estilo ecléctico, que es lo que me define, me hice de una interesante colección. La fui armando desde mi Entre Ríos natal, y luego acá con la colaboración de amigos cordobeses y porteños que conocen mi afición.
Al escritorio –con reminiscencias escandinavas- y la lámpara hongo, los salvé de una muerte anticipada rescatándolos de un contenedor de basura.
Agrego algunas imágenes que tomé en otros momentos del día de ese departamento, un contrafrente, de la avenida Rivadavia al cuatro mil, en el barrio de Almagro. Tenía una de las mejores vistas y luminosidad. En días claros la mirada alcanzaba el río. Un placer, como pocos, en esta Buenos Aires atestada de cemento.

Vean el detalle divertido de uno de los jarrones que rompieron en un evento– repleto de esferas de espejos, tocadas por los rayos de sol, disparaban un sinfín de reflejos luminosos. Una idea económica y muy canchera para poner en práctica en sus hogares. La tira de lamparitas que compré en un viaje a París y las pantallitas naranjas que encontré escondidas en un rincón de Falabella. Al colgante de elefantes hindúes lo conseguí en una feria de Buenos Aires y la lámina es de un museo de España.

La hermosa lámpara de techo de diseño retro es de Glitter Iluminación, combina perfecto con todos los demás objetos. El maniquí era de la época en que diseñaba accesorios y bijoux. Los cuadros son collages que armé con revistas importadas.

Aquí el cuadro de mi amigo Jorge Zabaljáuregui gana en importancia. Queda espectacular al lado de la pantalla intervenida por mí con cintas de raso. La muñequita que paciente nos mira, es de papier maché, se la compré a Graciela, en la feria de los domingos en Rosario, provincia de Santa Fe.

Los paneles entelados son una propuesta de la que ya les he contado aquí, fácil de realizar y remiten a los estampados sixties. La alfombra de pelo de cordero la mandé a hacer especialmente a un artesano de La Boca por intermedio de un amigo. Al contrario de lo que aparenta, aún en verano, no es calurosa si uno quiere tirarse a ver televisión o escuchar música sobre ella. La mesita de roble, vino de Entre Ríos la desgasté (proceso de arenado) para sentir la veta al tacto. A casi todos los muebles de madera que tengo en casa les realicé el mismo proceso. Sobre la misma mesa apoya un cenicero original de los 60´s de metal y acrílico que me regaló mi amigo Leo de Córdoba, junto a otra lámpara que les mostraré en el futuro.

La cocina impecable, la estrené yo, al igual que el piso de cerámica y el parquet recién pulido. Como en aquel entonces no contaba con lavarropas, armé en ese espacio un pequeño desayunador-comedor junto a la ventana que me entregaba toda la luz del día.

El pasillo de entrada nos recibía con una pequeña muestra del eclecticismo que reinaría adentro: una lámpara de seis brazos, original de los 70, cromada a nuevo. Una silla matera, recuerdo de mi viaje por Salta, realizada por un artesano local en Cachi. Una alfombra de chenille en los tonos tierra. Y por último completando el conjunto, cuatro cuadros de marco blanco, enmarcando láminas de toros que traje por Sevilla, Granada, Madrid y otras.

Más arriba les decía de la hermosa vista que tenía desde el living. A esta foto la tomé un día lluvioso. Allí contrastan el cielo gris y brumoso, el juego de mesa y sillas de hierro, y una pequeña colección de cactus (que ha crecido ahora casi al infinito).
Demás está decirles que entregué el departamento en las mismas condiciones que lo encontré: ¡Impecable! Como se imaginarán sus propietarios quedaron muy contentos; y por esas cosas del destino, hice amistad con la hija quien se mudó allí cuando lo desocupé y aún hoy cuando hablamos me pide consejos de decoración.
Bueno amigos, eso ha sido todo. Espero les haya gustado esta recorrida, de la que fue, una de mis más lindas moradas. Más adelante les ofreceré unas muestras de mi actual vivienda.

Un beso muy grande a todos,
Laureano

Un día como hoy y hace...nacía mi hermano, así que van mis fuertes saludos para el "gran valor" de la flía.

Mis agradecimientos, como siempre, a Mónica por las correcciones.