Cruzando la cordillera

Porque no siempre por estos lares es donde uno pone en práctica sus conocimientos y aptitudes...hoy les voy a mostrar los arreglos de flores y souvenirs que armamos para mi sobrino Max Cood Romani, en Santiago de Chile, el fin de semana pasado. 



Llegamos el día jueves por la noche y había cena familiar propuesta así que ese fue nuestro día de descanso. Ya el otro día, un viernes soleado y por la mañana partimos hacia el Mercado de Flores y Plantas, Avda. Presidente Eduardo Frei 1615 (http://www.mercaflor.cl/) para ver que encontraba. No es como el de aquí, sino que está armado en dos o tres cuadras y con varios mini galpones donde se agrupan los puestos y productores. Me sorprendió la calidad de la mercadería, no así la variedad, pero como era una reunión nada formal no tuve que husmear mercadería demasiado exótica. Me procuré unas rosas blancas y beige de excelente calidad, tamaño y precio!



Yo había llevado algunos otros elementos para la decó, pero nos decidimos sólo por flores blancas, porque el entorno lo acompañaba. El condomio -donde se ubica esta casa-, mira a la precordillera, sobre la llamada Avda. Paseo Los Bravos, en la comuna Lo Barnechea, así que en algunas de las fotos, podrán - en segundo plano-, admirar algunas de esas vistas a los cerros yermos con matas arbustivas espinosas, cactus y rocas por doquier. Los paisajistas, han  tratado de imitar el bello entorno en cada una de estas casas, plantando y decorando con muchas rocas y especies de arbustos, así que por donde miren el paisaje (tanto real como aquel diseñado) ofrece vistas de ensueño. La "Banquetera", (aquí la empresa del catering) iba a traer también flores blancas para sus mesas, así pues; unificamos diseños.

Para mis arreglos elegí alstroemerias, margaritas botón verde, una variedad nueva de margarita que aquí no había reparado en ella, lilliums, las rosas y gypsophilla que en Chile es de una florcita mucho más pequeña y de tallo muy largo.

Recuerden clickear sobre las fotos para verlas más grandes.

Detalle del ramo de rosas que ubiqué como protagonistas del arreglo.

Las coloqué en diversos recipientes de cristal y vidrio. Forré con aspidistra los jarrones así disimulábamos los tallos y las agrupé de a pares según su formato, sobre las mesas de apoyo de los juegos de livings y dejé los más importantes para la mesa de cemento alisado, protagonista del gran espacio. El quincho para esta oportunidad se había cubierto con lonas, previendo el mal tiempo.

La mesa de los souvenir se armó con dos diseños - más las tarjetas que luego bendecimos-, uno que venía de Entre Ríos y el otro con mini-macetitas de lata comprados en Miami. Ellos contenían un paquetito con pastillas con forma de chupete, cinta y la tarjetita.

Para el otro día, (el domingo) que ya comenzaba la despedida, reutilicé todos los arreglos que había pero los cambié de lugar y me dediqué a la mesa, esta vez en rojo y verde, más el blanco de las flores.

Fue un viaje corto, pero muy movilizador. Ver tan crecido a mi sobrinito, tan bello, no tiene precio; como rezaba una publicidad de una tarjeta de crédito.

Espero les haya gustado este recorrido y trabajo "transcordillerano". Les dejo un gran saludo y espero verlos por aquí pronto, con más de nuestros eventos bombón.

Laureano
13 de abril de 2011